El proceso de selección de personal va más allá de revisar un currículum y realizar una entrevista básica. Evaluar las competencias técnicas y blandas de los candidatos es esencial para garantizar que no solo tengan las habilidades necesarias para el puesto, sino que también se integren con éxito al equipo y a la cultura organizacional.
¿Qué son las competencias técnicas y blandas?
Competencias técnicas
Las competencias técnicas son las habilidades específicas y conocimientos que un candidato debe poseer para desempeñar un puesto de trabajo. Estas suelen adquirirse mediante formación académica, experiencia laboral o capacitación técnica.
Ejemplos de competencias técnicas:
- Manejo de software especializado (Excel, SAP, AutoCAD).
- Habilidades en programación (Python, Java, SQL).
- Conocimiento en normativas legales o contables.
- Operación de maquinaria o herramientas específicas.
Competencias blandas
Las competencias blandas se refieren a las habilidades interpersonales, emocionales y de comportamiento que permiten al empleado interactuar de manera efectiva con otros y adaptarse al entorno laboral.
Ejemplos de competencias blandas:
- Comunicación efectiva.
- Trabajo en equipo.
- Liderazgo.
- Resolución de conflictos.
- Adaptabilidad y flexibilidad.
¿Cómo se miden las competencias blandas?
1. Preguntas situacionales (Entrevista por competencias):
Plantear escenarios hipotéticos y preguntar cómo actuaría el candidato.
Ejemplo: “Cuéntame una situación donde tuviste un conflicto con un compañero y cómo lo resolviste”.
2. Preguntas conductuales:
Indagar en experiencias pasadas para evaluar comportamientos previos.
Ejemplo: «Describe un momento en el que tuviste que adaptarte rápidamente a un cambio inesperado”.
3. Evaluación grupal o dinámicas de equipo:
Observar cómo interactúan los candidatos en ejercicios grupales.
4. Pruebas psicométricas:
Utilizar tests que evalúan rasgos de personalidad, inteligencia emocional y habilidades interpersonales.
¿Cómo evaluar las competencias técnicas?
1. Pruebas prácticas:
Asignar tareas específicas relacionadas con el puesto, como análisis de datos, redacción de informes o resolución de problemas técnicos.
2. Cuestionarios técnicos:
Aplicar exámenes que midan conocimientos específicos, como manejo de software o normativas técnicas.
3. Entrevistas técnicas:
Incluir preguntas detalladas sobre el área de especialización del candidato.
Ejemplo: ¿Cómo aplicarías X herramienta para resolver X problema?
4. Revisión de portafolio del candidato:
Evaluar trabajos previos del candidato que demuestren su experiencia y habilidades técnicas.
Beneficios de evaluar las competencias técnicas y blandas
- Contrataciones más acertadas: Evaluar ambas competencias garantiza que el candidato sea competente tanto en sus funciones técnicas como en su interacción con el equipo.
- Reducción de la rotación: Contratar a personas que encajan con la cultura de la empresa reduce las bajas voluntarias y el reemplazo constante.
- Mejora del rendimiento: Un empleado con habilidades técnicas y blandas bien desarrolladas contribuye al logro de los objetivos de la empresa.
- Mayor adaptabilidad: Los empleados con buenas competencias blandas se adaptan más rápido a los cambios y desafíos del entorno laboral.
Evaluar tanto las competencias técnicas como las blandas en entrevistas es clave para garantizar contrataciones exitosas y duraderas.
Un proceso bien estructurado permite identificar no solo a los candidatos más capacitados, sino también a aquellos que mejor se adaptan a la cultura organizacional.
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